sábado, 26 de abril de 2014

LETRA DEL AÑO 2014 .




Signo obtenido: Ogunda Tetura. Primer testigo: Irete Untelù. Segundo testigo: Ogunda Biode. Condición del  Toyale: Osobo Ikù cafetì lerì. (Muerte por su propia cabeza).
Oricha que defiende: Orula. Oniche: adiè dun dun meyi. (Dos gallinas negras).
Santo que rige este año: Eleguà. Pide un osadiè con el que se limpian todos los presentes. Se le da y luego se le mete adentro los nombres de los arayès y 21 monedas. Luego se lleva al monte.
Ocha que acompaña: Obatalà. Torre de ñame con cascarilla y miel.
Oniche ara: rogación de cabeza con pargo o con lo que indique Orula.
Oniche al ilè: Despojar la casa con oti, esencias y sahumerio de conchas secas de naranjas o mandarinas. Antes se colocan 4 velas blancas en los puntos cardinales.
Oniche a Egun: Eyele dun dun y su asistencia con café, oti y agua.
Bandera de protección: Con los colores: rojo, negro y blanco. Se coloca detrás de la puerta principal de la casa o apartamento.
ASPECTOS GENERALES DE LA LETRA DEL AÑO 2.014.
En un sentido amplio dice el Oráculo de Ifà, que la esclavitud es la perversidad de algunos que abusan de su poder para someter a los más débiles.
Esto es aplicable en todos los campos. En el laboral al explotar al trabajador pagándole por debajo del salario mínimo y haciéndole trabajar horas de más.
En el área religiosa al imponer ciertas normas que chocan con la igualdad o la moral.
En el aspecto político al someter con falsas o dudosas premisas, a los seguidores de cualquier corriente política, obligándolos a hacer el “trabajo sucio”.
En el campo económico al establecer parámetros que pervierten el mercado, para favorecer a determinado grupo con muchas ansias monetarias.
Incluso en el ámbito familiar donde se observa en algunos grupos sociales, el dominio de los mayores sobre los menores, obligándolos a trabajar para ellos. A través de la LOPNA ya se están procesando varios de estos casos.
Así se alimenta la descomposición social, la inversión de valores, el maltrato, etc.
También dice el Oráculo de Ifà que aquello que aparenta ser muy bello por fuera, por lo general oculta gran maldad y fealdad en su interior. El mensaje es claro y directo para los hijos de esta casa de Ifà, no se dejen deslumbrar ni encandilar con falsos religiosos. No todo lo que brilla es oro y muchas veces las apariencias engañan.
También habla el Oráculo de Ifà de la transformación del ser humano. Cada quien debe reflexionar sobre su forma de actuar. El o la que es muy dulce, si continúa así es casi seguro que se lo comen las hormigas. Por otra parte  la persona que es muy áspera o amarga, es muy probable que se consuma en su propia salsa o jugo.
Dice el Oráculo de Ifà que debe prevalecer el respeto y consideración hacia los padres, el padrino, la madrina y por supuesto está de más decir hacia los santos.
El que irrespeta a Orula se irrespeta a sí mismo y las consecuencias surgen solas. Es una cuestión de causa y efecto. El resultado de una acción produce una reacción.
La avaricia, soberbia y lujuria son pecados capitales que tentaran a muchos este año y en especial a los hijos de esta casa de Ifà. La avaricia siempre rompe el saco. La soberbia a la larga te conducirá al hospital o al cementerio. La lujuria desde el punto de vista sexual lleva sobre todo a la mujer a adquirir (hablando medio en serio y medio en broma) el síndrome de la morrocoya, tal como dice una conocida canción que dice: “la morrocoya también decía yo también bailo joropo con la cabeza metía”.
Para el hombre que se deja dominar por el pecado de la lujuria, se le aconseja también hablando medio en serio y medio en broma, que busque la forma de rebajar la barriga, porque puede adquirir el síndrome de la auyama que dice: cuando la auyama crece el bejuco se seca o se encoge y eso sería fatal para un hombre.
Todo esto nos conduce a la infidelidad como un problema de descomposición familiar. El hombre y la mujer cambian de pareja como cambian de ropa interior (O se cambian la ropa interior para ser infieles, en realidad eso no se sabe).
Lo que sí se sabe es que los homicidios, suicidios y divorcios han aumentado en los últimos 10 años, debido a la infidelidad comprobada (Ver estadísticas del ministerio de Interior y Justicia).
En toda esa problemática los que más sufren son los hijos que crecen sin el padre o la madre. Por lo general tienden a ser personas resentidas, con mucho odio por dentro, se tornan rebeldes e irrespetan las normas establecidas. Ellos se consideran únicos (en no tener un padre o una madre a su lado) y los demás no importan.
Como reflexión final debemos educar y formar al niño de hoy, para no tener que reprender al adolescente o al hombre del mañana.

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