Signo obtenido: Ogunda Tetura. Primer testigo: Irete Untelù. Segundo
testigo: Ogunda Biode. Condición
del Toyale: Osobo Ikù cafetì
lerì. (Muerte por su propia cabeza).
Oricha que defiende: Orula. Oniche: adiè dun dun meyi. (Dos
gallinas negras).
Santo que rige este
año: Eleguà.
Pide un osadiè con el que se limpian todos los presentes. Se le da y luego se
le mete adentro los nombres de los arayès y 21 monedas. Luego se lleva al
monte.
Ocha que acompaña: Obatalà. Torre de ñame con
cascarilla y miel.
Oniche ara: rogación de cabeza con pargo o con
lo que indique Orula.
Oniche al ilè: Despojar la casa con oti, esencias y
sahumerio de conchas secas de naranjas o mandarinas. Antes se colocan 4 velas
blancas en los puntos cardinales.
Oniche a Egun: Eyele dun dun y su asistencia con
café, oti y agua.
Bandera de
protección: Con
los colores: rojo, negro y blanco. Se coloca detrás de la puerta principal de
la casa o apartamento.
ASPECTOS GENERALES DE
LA LETRA DEL AÑO 2.014.
En un sentido amplio dice el Oráculo de Ifà, que la
esclavitud es la perversidad de algunos que abusan de su poder para someter a
los más débiles.
Esto es aplicable en todos los campos. En el laboral al
explotar al trabajador pagándole por debajo del salario mínimo y haciéndole
trabajar horas de más.
En el área
religiosa al imponer ciertas normas que chocan con la igualdad o la moral.
En el aspecto político al someter con falsas o dudosas
premisas, a los seguidores de cualquier corriente política, obligándolos a
hacer el “trabajo sucio”.
En el campo económico al establecer parámetros que pervierten
el mercado, para favorecer a determinado grupo con muchas ansias monetarias.
Incluso en el ámbito familiar donde se observa en algunos
grupos sociales, el dominio de los mayores sobre los menores, obligándolos a
trabajar para ellos. A través de la LOPNA ya se están procesando varios de
estos casos.
Así se
alimenta la descomposición social, la inversión de valores, el maltrato, etc.
También dice el Oráculo de Ifà que aquello que aparenta ser
muy bello por fuera, por lo general oculta gran maldad y fealdad en su
interior. El mensaje es claro y directo para los hijos de esta casa de Ifà, no
se dejen deslumbrar ni encandilar con falsos religiosos. No todo lo que brilla
es oro y muchas veces las apariencias engañan.
También habla el Oráculo de Ifà de la transformación del ser
humano. Cada quien debe reflexionar sobre su forma de actuar. El o la que es
muy dulce, si continúa así es casi seguro que se lo comen las hormigas. Por
otra parte la persona que es muy áspera
o amarga, es muy probable que se consuma en su propia salsa o jugo.
Dice el Oráculo de Ifà que debe prevalecer el respeto y
consideración hacia los padres, el padrino, la madrina y por supuesto está de más
decir hacia los santos.
El que irrespeta a Orula se irrespeta a sí mismo y las
consecuencias surgen solas. Es una cuestión de causa y efecto. El resultado de
una acción produce una reacción.
La avaricia, soberbia y lujuria son pecados capitales que
tentaran a muchos este año y en especial a los hijos de esta casa de Ifà. La
avaricia siempre rompe el saco. La soberbia a la larga te conducirá al hospital
o al cementerio. La lujuria desde el punto de vista sexual lleva sobre todo a
la mujer a adquirir (hablando medio en serio y medio en broma) el síndrome de
la morrocoya, tal como dice una conocida canción que dice: “la morrocoya
también decía yo también bailo joropo con la cabeza metía”.
Para el hombre que se deja dominar por el pecado de la
lujuria, se le aconseja también hablando medio en serio y medio en broma, que
busque la forma de rebajar la barriga, porque puede adquirir el síndrome de la
auyama que dice: cuando la auyama crece el bejuco se seca o se encoge y eso sería
fatal para un hombre.
Todo esto
nos conduce a la infidelidad como un problema de descomposición familiar. El
hombre y la mujer cambian de pareja como cambian de ropa interior (O se cambian
la ropa interior para ser infieles, en realidad eso no se sabe).
Lo que sí se sabe es que los homicidios, suicidios y
divorcios han aumentado en los últimos 10 años, debido a la infidelidad
comprobada (Ver estadísticas del ministerio de Interior y Justicia).
En toda esa problemática los que más sufren son los hijos que
crecen sin el padre o la madre. Por lo general tienden a ser personas
resentidas, con mucho odio por dentro, se tornan rebeldes e irrespetan las
normas establecidas. Ellos se consideran únicos (en no tener un padre o una
madre a su lado) y los demás no importan.
Como reflexión final debemos educar y formar al niño de hoy,
para no tener que reprender al adolescente o al hombre del mañana.
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